Manuel de ARAUCHO

UN PASO EN LA PINDO

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MI PUEBLO ORIENTAL

ODA

 

¡Salud Pueblo Oriental! Salud campeones
Hijos de la Victoria;
Cuyos hechos envidian las naciones,
Y qué a la Francia disputáis su gloria!
¡Salud, todos, salud! –Allá en el trono
Eslabonó cadena despiadada,
Con infanda ambición y fiero encono
El negro despotismo;
Y en el cuello pensó ponerla osado
De una generación de patriotismo;
Pero en tanto, en el libro del destino
La mano celestial y omnipotente
Que dio la libertad al Argentino,
La libertad decreta del Oriente,
Que llamando a la lid a sus hermanos,
Se vieron arruinar en un momento
Las falanges de pérfidos tiranos
Como la niebla que disipa el viento.

—Seis años ha, brillaba en el Oriente,
El sol sobre armas; azoraba el día
El humo del cañon: el rayo ardiente
De Febo sólo hería
Cadáveres helados
La noche tenebrosa desplegaba
El negro manto por los verdes prados;
Y cubierto de horror, solo soñaba
El guerrero venganza,
Y sangre, ruina, estragos y matanza.

Seis años ha, que el húmedo elemento
del magestuoso 1 Plata,
No ha servido de móvil pavimento,
Al Leño armado; del vivir pirata;
El muertos lleva en su correr violento,
Y hasta ahora sangre en su cristal desata.

El patrio ardor que al liberal inflama,
De Oriente en los ilustres defensores
Encendió viva llama;
Y condujo los héroes vengadores
Que empuñando a su vez la fuerte lanza
Anunciaron de guerra los horrores
Con el terrible grito de venganza.
En vano han inmolado
A su torpe sevicia los crueles
Con despotismo usado,
Los héroes de la patria y sus laureles

Y en vano la anarquía
Pensó estender con atrevida saña
El álito pestífero algún día
Por la feraz campaña;
Ella en el corazón invulnerable
Del hijo del Oriente,
Encontró una columna impenetrable,
Y hundió en el polvo la cobarde frente —

En el Rincón y el Sarandí gloriosos,
En el Ombú y Yerbal; en las rivera»
Del undoso Uruguay; en los montuosos
Campos de Itusaingó, y en las praderas
De la fecunda y placida .Misiones
Brilló el bruñido acero
Del guerrero Oriental; y á las Naciones
Dio el ejemplo primero
De que: El valiente que su espada vibre
Por libertar á sus conciudadanos
Derriba Imperios; y su patria libre
Levanta sobre tronos y tiranos,

Mas al viento combate
El sonoro clarín de la victoria f
Y el corazon á doble impulso late
Solo al mirar los hijos de la gloria,
Que por la Patria sangre derramaron
Y libertarla ó perecer juraron.
Mirad, pues, mis ilustres compatriotas,
A los bravos campeones cuyos pechos
Vuestras prisiones rotas
A sus esfuerzos vieron; y deshechos
Vuestros grillos crueles, observaron
La suerte de un imperio de su espada
Pendiente solo, el dia que juraron
Vengar con sangre nuestra Patria amada.
— Si: ellos son los soldados
Que dieron libertad al bello Oriente,
Y que de brío v de constancia armados
Llevaron arrastrando heroicamente
Hasta el sepulcro á miles de tiranos ;
A cuyo esfuerzo el trono se derrumba;
Y á Reyes, y sus crímenes insanos
Sepultan para siempre entre la tumba.

Mirad el Pabellón, que victorioso
Tremola el Oriental; por quien su aliento,
Su aliento noble y postrimer, gustoso
A la muerte dará; por quien contento
Descenderá mil veces al abismo ¡
Y en la lucha cruel, su patriotismo…,
¡Mártir ó Libre!
¡Morirá esclamando!
iMártir ó Libre!
¡esclamará espirando!

Viva la Patria amigos!—
Vosotros mis amados compañeros
De mis peligros y placer testigos,
No permitáis á los tiranos fieros
En el Oriente augusta,
Sacrílegos poner la osada planta.
Que al cobarde servil imprime susto
Y al hombre débil pavorosa espanta.
Mas no sera.— Primero
Que al Pueblo del Oriente se sucumba
Bajo del torpe despotismo fiero
Con sus despojos se hundirá en la tumba.
— Y si cantan su triunfo los crueles,
Será sobre sepulcros, solo abiertos
A pueblos destrozados, a hombres muertos
Y bañados en sangre sus laureles.

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